Cuando me dijeron que
estaba nevando me puse contentísima y se lo transmití a Romeo. No sé la idea
que tendría él en la cabeza de lo que es la nieve. La habíamos visto en algún
cuento, en una representación teatral habían hablado de ella y papá y
mamá también la habían mencionado, pero en verdad no sé si Romeo tenía alguna
idea de lo que podía ser por más que yo se lo hubiera explicado con palabras de
cuento. Cuando salimos de la Nave Indeleble en Bustarviejo, efectivamente, estaba
nevando.
Afuera nieva y los
niños ven la nieve por primera vez. Romeo al verme contenta salta y se ríe.
Hace mucho frío. Los copos le caen en la nariz y en la boca, pues no para de
reír. Dentro Leticia se agobia con la niña en brazos, los platos de fabada en
la mano, la gente... y tienes ganas de
llorar. En casa de Balbina ya es otra cosa: calentitas; los niños se
entretienen con muchos juguetes, tanto en el salón como arriba, la buhardilla,
que esta familia llama La Buena Ardilla. Sigue nevando y es precioso verlo a
través de los cristales del salón. Creo que me quedaría así toda la vida,
pienso. Menuda sorpresa nos ha dado la Nave Indeleble: nieve indeleble.
No hay comentarios:
Publicar un comentario